domingo, 19 de junio de 2011

Acto I

Gran habitación totalmente amueblada, pero sin recargar, con el mobiliario exacto. Entra un señor mayor, de mucha más edad de la que aparenta. Se sienta en el sofá. Reflexiona. Se está bien dentro de la habitación.


GILBERT: No hemos de acostumbrarnos demasiado, además, ya sabes lo que pasó con los demás, desaparecieron sin dejar rastro. Todo lo que queda para recordárnoslo es esta habitación. A veces pienso que el destino del hombre no es más que el sepulcro, lo que hagamos antes de eso es mero entretenimiento, matar el tiempo, si usted me entiende. El hombre que vive con miedo, con temor de todo, no sabrá afrontar el final como es debido.

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